
Cuando era adolescente, recuerdo un comercial que vi en la televisión que duró unos segundos pero que dejó una impresión en mi mente por el resto de mi vida.
La escena mostraba carros y caballos galopando a toda velocidad, enfocando sus fuertes y poderosas patas, como avanzando para la guerra. Entonces apareció el Salmo 20:7 en la parte inferior de la pantalla.
“Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos.”
Cada vez que leo este verso, no puedo evitar pensar en este comercial.
Durante siglos, los carros y los caballos fueron los medios que se utilizaron para luchar en las batallas. Representaban fuerza, poder, e incluso inspiraban confianza, causando intimidación en los ejércitos menos equipados. Cuantos más caballos poseían los ejércitos, más poderosos se sentían y así actuaban, con determinación y concentración. Sin embargo, tal como leemos en la Biblia, aquellos que confiaron en el Señor ganaron batallas aun cuando poseían menos caballos de guerra. Dios los liberó cuando pusieron su confianza en Él.
Mi pregunta para ti es, ¿qué te hace sentir seguro y confiado? ¿Tu fuerza? ¿Tu salud? ¿Tu trabajo? ¿El dinero? ¿Posición? ¿Amigos? ¿O tal vez algo más? Puedes tener algunas o todas estas cosas, pero éstas pueden cambiar o esfumarse en un instante, y así mismo tu confianza.
Por otro lado, confiar en el Dios Altísimo es una historia diferente porque Él nunca cambia. Él ha prometido estar siempre contigo. Cuando las cosas van según lo planeado y cuando resultan inesperadas. Dios te asegura que nunca te dejará ni te abandonará (Deuteronomio 31:6; Mateo 28:20).
Si Él hizo cosas maravillosas en el pasado, puedes confiar en que lo seguirá haciendo en el presente. Él nunca le ha fallado a sus hijos. Siempre ha sido fiel a Su Palabra.
Entonces, ¿en dónde quieres poner tu confianza? ¿En algo que pueda cambiar o en el nombre inconmovible del SEÑOR?
You must be logged in to post a comment.